domingo, 10 de enero de 2010

KARL POPPER




Karl Popper
Karl Raimund Popper; Viena, 1902 - Londres, 1994) Filósofo austriaco. Estudió filosofía en la Universidad de Viena y ejerció más tarde la docencia en la de Canterbury (1937-1945) y en la London School of Economics de Londres (1949-1969). Aunque próximo a la filosofía neopositivista del Círculo de Viena, llevó a cabo una importante crítica de algunos de sus postulados; así, acusó de excesivamente dogmática la postura de dividir el conocimiento entre proposiciones científicas, que serían las únicas propiamente significativas, y metafísicas, que no serían significativas.
Para Popper, bastaría con delimitar rigurosamente el terreno propio de la ciencia, sin que fuera necesario negar la eficacia de otros discursos en ámbitos distintos al de la ciencia.
También dirigió sus críticas hacia el verificacionismo que mantenían los miembros del Círculo, y defendió que la ciencia operaba por falsación, y no por inducción. Ésta es, en rigor, imposible, pues jamás se podrían verificar todos los casos sobre los que regiría la ley científica. La base del control empírico de la ciencia es la posibilidad de falsar las hipótesis, en un proceso abierto que conduciría tendencialmente a la verdad científica.

Popper desarrolló este principio en La lógica de la investigación científica (1934), donde estableció también un criterio para deslindar claramente la ciencia de los demás discursos: para que una hipótesis sea científica es necesario que se desprendan de ella enunciados observables y, por tanto, falsables, de modo que si éstos no se verifican, la hipótesis pueda ser refutada.

El falsacionista considera que la ciencia es un conjunto de hipótesis que se proponen a modo de ensayo con el propósito de describir o explicar de manera precisa el comportamiento de algún aspecto de la naturaleza. Sin embargo, no todas las hipótesis lo consiguen. Hay una condición fundamental que cualquier hipótesis (o sistema de hipótesis) debe cumplir con vistas a conseguir el estatus de teoría o ley científica. Si ha de formar parte de la ciencia, una hipótesis ha de ser falsable o refutable.

Antes de seguir adelante, es importante aclarar la utilización que, hace el falsacionista del término «falsable».

Una hipótesis es falsable si existe un enunciado observacional (o un conjunto de enunciados observacionales), lógicamente posibles, que sean incompatibles con ella, esto es: que en caso de ser establecidos como verdaderos, refutarían tal propuesta. El falsacionista exige que las hipótesis científicas sean falsables, se decir que puedan obtenerse enunciados (datos científicos) que la contradigan. Insiste en ello porque una ley o teoría es informativa solamente en el caso de que excluya un conjunto de enunciados observacionales lógicamente posibles. Si un enunciado no es falsable, entonces el mundo puede tener cualquier propiedad y comportarse de cualquier manera sin entrar en conflicto con el enunciado.

Desde un punto de vista óptimo, una teoría o ley científica debería proporcionarnos alguna información acerca de cómo se comporta la naturaleza, excluyendo por esta razón otras maneras en las que podría posiblemente (lógicamente) hacerlo, pero de hecho no lo hace. La ley «Todos los planetas se mueven en elipses alrededor del sol» es científica porque afirma que los planetas se mueven de hecho en elipses y excluye que las órbitas sean cuadradas u ovales. La ley tiene contenido informativo y es falsable por el simple hecho de permitir afirmaciones definidas acerca de las órbitas planetarias.

El falsacionista mantiene que algunas teorías pasan de hecho como científicas sólo porque no son falsables. En estos casos la comunidad científica debería rechazarlas, aunque en primera instancia pudiera parecer que atesora las propiedades de las “genuinas teorías científicas.
Kart Popper, fundador de la escuela falsacionista, afirmó que, al menos algunas versiones de la teoría de la historia de Marx, el psicoanálisis freudiano (sobre la que insiste obsesivamente), etc. no pueden ser refutadas. Para que una teoría posea, un contenido informativo, ha de correr el riesgo de poder ser falsada.

El criterio utilizado por Popper para contrastar dos teorías y elegir la mejor entre ellas fue primero el “grado de corroboración”, que como indica Pheby (1988, pág. 27) se trata de una guía más cualitativa que cuantitativa para aceptar una teoría. Posteriormente introdujo el concepto de “verosimilitud lógica”, utilizando sus propias palabras: “Una teoría está más cerca de la verdad que otra si, y sólo si, se siguen de ella enunciados más verdaderos, pero no enunciados más falsos, o , al menos igual número de enunciados verdaderos, pero menos falsos” (Popper, 1988, pág. 62). En definitiva, el grado de verosimilitud se refiere a ponderar el contenido –verdadero y falso- de las diferentes teorías. El procedimiento que propone Popper para mejorar el conocimiento es el siguiente, se parte del problema objeto de estudio, se extraen conclusiones o teorías que dan una explicación al problema.

La teoría es contrastada con resultados de experimentos y datos obtenidos de la realidad, mientras la teoría no sea falsada es admitida provisionalmente. Si por el contrario es falsa, deberá abandonarse debido a que alguno de los principios sobre los que se fundamenta es falso y sustituirse por una teoría alternativa. En este sentido, algunas de las reglas más importantes de la línea popperiana son las siguientes (Johansson, 1975):

1. La naturaleza científica de una teoría se determina por su susceptibilidad a la falsación
2. Una nueva teoría, para que se aceptada, debería siempre contener mayor contenido empírico que sus predecesoras.
3. Una nueva teoría aceptada debería ser capaz de explicar todos los éxitos pasados de sus predecesoras
4. Las teorías deberían siempre ser contrastadas tan rigurosamente como sea posible.
5. Una teoría que ha sido experimentalmente refutada debería ser rechazada.
6. Cualquier teoría refutada no debería retomarse en una etapa posterior
7. Una teoría inconsistente es inaceptable
8. Deberíamos minimizar el número de axiomas a emplear
9. Cualquier nueva teoría debería ser contrastable independientemente.

Según la teoría popperiana el proceso científico comienza cuando las observaciones entran en conflicto con las teorías existentes; entonces se proponen nuevas teorías que son sometidas a rigurosos tests empíricos con el fin de refutar las hipótesis.
Si una teoría es refutada, aunque sea por una única prueba en contra, debe abandonar el cuerpo de las teorías científicas. Por el contrario aquéllas que sobreviven al falsacionismo serán corroboradas y aceptadas. Esto es, en pocas palabras, el criterio de refutabilidad levantado por Popper frente al inductismo, al verificalismo y al probabilismo.

En un principio, como señala Albendea (1970), el problema que trataba de resolver Popper era el de trazar una línea divisoria entre los enunciados de índole metafísica, o, lo que es lo mismo, encontrar un método capaz de distinguir entre proposiciones científicas y no científicas. “Conjuntamente -apunta-, su criterio de demarcación se convierte, al mismo tiempo, en instrumento metodológico de veracidad científica, de tal manera que las proposiciones que no sean corroboradas por tal método, aunque pudieran ser tales proposiciones científicas, aparecen como falsas”.

Por tanto, una proposición es científica cuando es suceptible de ser falseada por algún hecho (Popper, 1967). De esa forma, en la búsqueda de refutaciones, es como la ciencia puede progresar y avanzar. La ciencia progresa gracias al ensayo de prueba y error. En palabras de Popper, el avance de la ciencia se encuentra “porque buscamos la verdad (incluso aunque nunca podamos estar seguros de haberla encontrado) y porque las teorías refutadas son reconocidamente falsas, mientras que las teorías no refutadas pueden ser todavía verdaderas” (Popper, 1980).

Según la concepción de Popper, el progreso y avance de las ciencias surge de un proceso por el cual las teorías son superadas por otras más fuertes y más testables.

1. Las ciencias naturales y las ciencias sociales parten siempre de problemas.
2. El esquema de tres etapas (a- el problema, b- intentos de solución y c- eliminación) también es aplicable a la ciencia.

En (Popper, 1973, p. 145-158) se encuentra el siguiente análisis en defensa de la unidad de método: "voy a proponer la doctrina de unidad de método; es decir, la opinión de que todas las ciencias teóricas o generalizadoras usan el mismo método, ya sean ciencias naturales o ciencias sociales... este ha sido llamado a veces el método hipotético-deductivo, o más a menudo el método de hipótesis, porque no consigue certeza absoluta para ninguna de las proposiciones científicas que experimenta..." el método propuesto en la tríada problema, conjetura y refutación, es fundamentalmente doble: de un lado enfrenta a otras teorías para determinar su consistencia y la rigurosidad lógica de sus proposiciones y por otro lado una verificación negativa de la realidad, es decir, una contrastación empírica, tal como lo expone Popper "con el fin de que el método de la selección por eliminación funcione, y para asegurarse que solo las teorías más aptas sobreviven, su lucha por la vida tiene que ser severa".

La objetividad se representa por su sinceridad en la crítica a las teorías propuestas, aun a las teorías propias. El método de ensayo-error es un método objetivo porque no dogmatiza ninguna concepción teórica, no protege las construcciones intelectuales contra evidencia que revele sus inconsistencias lógicas y empíricas, por el contrario la tarea más importante del científico es buscar esas incoherencias de las teorías, para falsearlas y avanzar en el conocimiento, en la búsqueda de una hipótesis más fuerte.

En (Mardones, 1991, p. 94) se encuentra en un apartado de Popper una cita de Hayek en la cual se hace una defensa de la unidad de método, "el físico que quiera entender el problema de las ciencias sociales con la ayuda de la analogía tomada de su propio campo tendría que imaginar un mundo en el que conociese por observación directa el interior de los átomos y no tuviese la posibilidad de hacer experimentos con pedazos de materia, ni l oportunidad de observar nada más que las interacciones de un número comparativamente pequeño de átomos durante un período limitado.
Con su conocimiento de las diferentes clases de átomos construiría modelos de las diversas formas en que estos átomos podrían combinarse en unidades más grandes, y haría que esos modelos reprodujesen más y más exactamente todas las características de los pocos casos en que pudiese observar de cerca fenómenos complejos. Pero las leyes del macrocosmos que pudiesen derivar de su conocimiento del microcosmos siempre serán deductivas; casi nunca, dado su limitado conocimiento de los datos de la compleja situación, le permitirían predecir con precisión el resultado de una determinada situación; y nunca podría verificarlas mediante experimentos controlados –aunque quizá quedasen refutadas por observación de acontecimientos que según su teoría son imposibles".

Objetividad y tercer mundo: un tema que permite entender el concepto de objetividad en Karl Popper es la "tesis de la epistemología sin sujeto cognoscente", que parte de la teoría de los tres mundos: el mundo de los objetos físicos, el mundo de los estados de conciencia o estados mentales y el mundo de los contenidos de pensamiento objetivo, especialmente de los pensamientos científicos y de las obras de arte.
Existen en la propuesta los siguientes elementos a resaltar:

1. Que el tercer mundo es el mundo objetivo
2. Que en el mundo objetivo no solo se encuentran construcciones cinéticas, sino también poéticas y artísticas.
3. Que la existencia del mundo objetivo es independiente de la existencias de los otros dos mundos, si bien requiere de los dos mundos anteriores para su construcción, después de creado es independiente y relativamente autónomo.
El tercer mundo expuesto por Popper es muy amplio y su delimitación es un tanto ambigua, como elementos de tercer mundo hacen parte del conocimiento objetivo, entre ellos se pueden encontrar, (Popper, 1982b, p. 107) "entre los inquilinos de mi tercer mundo se encuentran especialmente los sistemas teóricos y tan importantes como ellos son los problemas y las situaciones problemáticas.

Popper divide al universo en tres “mundos”: el mundo uno, o mundo físico, que incluye la materia y la energía, el tiempo y el espacio (incluyéndonos nosotros mismos). El mundo dos, o mundo de la mente, se refiere a la conciencia y los procesos psicológicos. Nuestro “yo”, nuestras mentes y nuestras inteligencias habitan, pues, en este mundo. Finalmente, el mundo tres, o mundo de la cultura, incluye todos los productos del intelecto humano, que se hallan en los cerebros de la humanidad (bueno, al menos en algunos) pero también en sus bibliotecas, en la red y en los otros medios de comunicación. Aún cuando la raza humana desapareciera de la tierra, el mundo tres seguiría existiendo, al menos potencialmente, en estos escritos

Tomando en cuenta esta visión, habría que reconocer que las ciencias naturales son, en cierto sentido, más “sencillas” que las disciplinas sociales y humanísiticas, pues estudian únicamente el mundo uno. Las disciplinas como la psicología, que estudia el mundo dos, o la sociología, antropología o historia, que estudian el mundo tres (aunque no siempre es clara la separación entre mundo dos y mundo tres), se enfrentan a un problema distinto. El intelecto humano es parte de la realidad que trata de estudiar, y esto necesariamente interfiere con el ideal de “objetividad” que toda ciencia persigue.

Así, aún cuando las ciencias naturales se enfrentan al problema de estudiar una realidad (el mundo uno) a la que no tenemos acceso directo, sino sólo a través de nuestros sentidos (pues nosotros, nuestras mentes, vivimos en el mundo dos), las disciplinas humanísticas se encuentran con que el investigador forma parte de su objeto de estudio. Esto acarrea problemas en cuanto a objetividad, imparcialidad y confiabilidad se refiere

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